El principal valor medicinal del enebro son sus frutos en forma de baya cónica. La planta florece en mayo y los frutos no maduran hasta octubre.
El enebro tiene propiedades diuréticas, lo que permite utilizarlo para el edema causado por la insuficiencia renal, la urolitiasis y la cistitis. Ayuda con el estreñimiento y los cólicos, favorece la eliminación del exceso de líquido del organismo. Las propiedades antisépticas de las bayas ayudan en el tratamiento de enfermedades infecciosas de los órganos genitourinarios.
Propiedades calmantes ayudan a superar las enfermedades relacionadas con el sistema nervioso. Esta planta es capaz de normalizar la circulación sanguínea y la presión arterial. El enebro también tiene un efecto rejuvenecedor y anticelulítico.
Los frutos del enebro mejoran el apetito, normalizan las contracciones intestinales. Los medicamentos a base de bayas de enebro eliminan las disfunciones del hígado y el bazo.
El consumo de frutas elimina los parásitos intestinales, tiene un efecto beneficioso sobre el páncreas, activa la producción de insulina y, por lo tanto, reduce la concentración de azúcar en la sangre. Tiene un efecto positivo sobre el sistema cardiovascular, concretamente previene la formación de coágulos sanguíneos.
El enebro contiene una gran cantidad de antioxidantes. Estos compuestos ayudan a neutralizar los radicales libres del organismo y previenen la aparición de arrugas, favorecen la regeneración celular y reducen la inflamación. Ayuda a combatir el sobrepeso, estimula la capacidad de trabajo, mejora la memoria, tiene un efecto estimulante sobre la potencia masculina y la libido femenina.
Una decocción de bayas y ramas de enebro ayuda a aliviar el dolor, aliviar el sufrimiento en enfermedades de las articulaciones, gota y reumatismo, y enfermedades de la piel.