Los frutos del espino son los frutos de un árbol o arbusto que tiene muchos tipos diferentes. Su forma depende de la especie y la variedad, también se puede ver la similitud con una manzana. El tamaño varía de varios milímetros a varios centímetros de diámetro.
Los frutos del espino son en su mayoría de color rojo brillante o amarillo, pero las bayas secas son duras y arrugadas, en su mayoría de color negro. Su sabor es amargo y ácido, pero tras un procesamiento adecuado pueden ser dulces.
Los medicamentos elaborados a base de espino blanco tienen efectos sobre el sistema cardiovascular. Además, tienen efectos antiespasmódicos, sedantes, diuréticos y antimicrobianos. Se recomienda su uso para los resfriados y el tratamiento de infecciones víricas respiratorias agudas.
Los frutos del espino blanco son ricos en vitaminas C, A y K, minerales, antioxidantes (fortalecen los músculos del corazón), contienen ácido ursólico (estimula la producción de colágeno en el organismo). Se consideran útiles para reforzar el sistema inmunológico, normalizar la tensión arterial, mejorar la vista, mejorar el estado de la piel y, en general, para la salud.
Los frutos del espino se recolectan de agosto a septiembre, momento en el que contienen un gran número de propiedades útiles.
Se cultivan en muchas regiones del mundo como plantas ornamentales, no requieren cuidados especiales y pueden utilizarse como plantas comestibles. Es importante recordar que algunas de ellas pueden ser venenosas, por lo que es importante comprobar el espino antes de consumirlo, especialmente en su estado silvestre. Las mujeres embarazadas y lactantes no deben tomarlo, ya que tiene una serie de contraindicaciones.