Los beneficios de la planta en el campo de la medicina se conocen desde hace muchos siglos. Hace más de 300 años, se utilizaba para curar enfermedades neurálgicas en niños y para detener hemorragias. El nombre latino de la planta, Sanguisorba, refleja claramente su capacidad para detener la sangre: «sanguis» significa «sangre» y «sorbeo» significa «absorber». Ésta es sólo una de las principales propiedades útiles de esta planta, pero no la única.
Los preparados derivados de la planta medicinal presentan propiedades vasoconstrictoras (cuando se aplican tópicamente), astringentes, antiinflamatorias, analgésicas y hemostáticas. Tienen un efecto negativo sobre los protozoos y combaten bacterias como la Escherichia coli y los bacilos de la fiebre tifoidea, paratifoidea y disentería.
El extracto líquido y la decocción de rizomas y raíces de la planta se utilizan por vía interna para tratar la hemoptisis, las hemorragias gástricas, hemorroidales y post-aborto, las metropatías hemorrágicas, la colecistitis, la enterocolitis, la diarrea de diversas etiologías, la disentería crónica y diversas enfermedades intestinales acompañadas de flatulencia.
La planta perenne se utiliza mucho por vía externa. Una decocción de rizomas y raíces se utiliza para enfermedades de las encías, estomatitis, colpitis bacteriana y por tricomonas, erosión cervical verdadera, acné, procesos inflamatorios de la piel, así como flebitis y tromboflebitis. Las raíces hervidas y machacadas se utilizan en cataplasmas para forúnculos y úlceras de la parte inferior de la pierna.