La Salvia tiene potentes propiedades antisépticas, que se explican por el contenido del antibiótico vegetal salvina. Favorece la destrucción del Staphylococcus aureus y sus productos metabólicos y tiene una fuerte actividad antifúngica.
La salvia medicinal tiene efectos antiinflamatorios, hemostáticos, cicatrizantes y astringentes. Fortalece el epitelio, mejora el funcionamiento del tracto gastrointestinal y tiene un ligero efecto antiespasmódico. La salvia también tonifica el músculo cardíaco, normaliza los procesos metabólicos del organismo y tiene un efecto positivo sobre el estado de los sistemas nervioso y hematopoyético.
Tradicionalmente, la salvia se utiliza para tratar la tos, las inflamaciones de las vías respiratorias superiores y las infecciones respiratorias agudas. También ayuda en casos de amigdalitis, dolor de garganta, colitis espástica y gastritis con baja acidez.
La salvia se recomienda para enfermedades dentales, como pulpitis, queilitis, gingivitis, estomatitis y lesiones aftosas.
Esta planta se utiliza para preparar lociones hemostáticas y antiinflamatorias para la exacerbación de hemorroides. Se recomienda utilizar baños con infusión de salvia para el tratamiento de eczemas, neurodermatitis, psoriasis y micosis (enfermedades de la piel causadas por hongos).
También forma parte de la terapia compleja de enfermedades articulares crónicas metabólicas y distróficas, reumatismo, inflamación articular, ciática, artrosis deformante y osteocondrosis intervertebral.