Los estudios científicos demuestran que el diente de león tiene muchos compuestos activos, como flavonoides, terpenos, lactonas sesquiterpénicas, así como vitaminas A, C y D. Además, el diente de león tiene efectos antiangiogénicos y anticancerígenos. La raíz de diente de león también presenta actividad antimicrobiana y antibacteriana, que puede ayudar a combatir bacterias y patógenos dañinos.
Además, el diente de león tiene propiedades depurativas y diuréticas, lo que permite utilizarlo para tratar infecciones del tracto urinario. Ayuda a aumentar la producción de orina, lo que contribuye a eliminar las bacterias de las vías urinarias y evita que se adhieran a las paredes. Además, en el caso de cálculos renales, el aumento del volumen de orina ayuda a eliminar las sustancias.
Además, la inclusión del diente de león en la dieta, junto con la limitación del consumo de alimentos procesados y el aumento del consumo de frutas y verduras, puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y azúcar en sangre y a normalizar la tensión arterial.
El diente de león también contiene calcio, importante para la formación de huesos y dientes. Se necesitan más investigaciones para confirmar todas estas propiedades.