La consuelda es una planta curativa muy apreciada desde siempre por los herbolarios. El rizoma se utiliza para el tratamiento. Se desentierra del suelo en otoño, cuando la temporada de crecimiento de la planta ha terminado. Se recomienda desenterrar el rizoma de una planta de tres años, pues entonces tiene un color negro y la mayor concentración de sustancias útiles.
El propio nombre de «consuelda» indica la función principal de esta planta: ayudar con las fracturas y las enfermedades de las articulaciones. Esta característica de la planta se debe al alto contenido de alantoína y alcaloides, que potencian su efecto. La consuelda favorece la regeneración de los tejidos y tiene un potente efecto antiinflamatorio.
También se utiliza activamente para el dolor en las articulaciones o en la zona lumbar. Además, es una herramienta indispensable para las lesiones deportivas. Su acción puede describirse del siguiente modo: alivia o reduce el dolor, elimina la inflamación y la hinchazón que lo acompañan, favorece la recuperación de los tejidos a nivel celular y protege frente a posibles complicaciones. La consuelda también se utiliza como expectorante y diurético.
La tintura de raíz de consuelda neutraliza la mayoría de las bacterias y virus patógenos del organismo, impide el crecimiento y desarrollo de células tumorales.
La consuelda contiene cinoglosina y consolidina, que pueden ser venenosas. Con el uso interno a largo plazo, pueden acumularse en el cuerpo y causar perturbaciones bastante graves en el trabajo del sistema nervioso central. El uso de la raíz está contraindicado para mujeres embarazadas y lactantes.
