La ortiga sorda se utiliza ampliamente en la medicina popular como hemostático, purificador de la sangre, sedante, antiinflamatorio, diurético, tónico y expectorante, y como regulador metabólico.
La ortiga sorda ha demostrado su eficacia en el tratamiento de enfermedades de las vías respiratorias y la cavidad bucal. Se utiliza localmente, en forma de enjuagues e inhalaciones para el dolor de garganta, la bronquitis y la gingivitis hemorrágica. Debido a su capacidad para diluir el esputo, la infusión se utiliza para la expectoración en la traqueítis y el asma bronquial.
La infusión de la planta también se emplea en procesos inflamatorios agudos y crónicos de las vías urinarias. Los preparados de ortiga sorda se utilizan internamente como agente hemostático para las hemorragias nasales y hemorroidales. Los curanderos tradicionales aconsejan utilizar la ortiga para las hemorragias pulmonares, intestinales y uterinas.
La ortiga sorda tiene un buen efecto sobre el sistema digestivo, ya que normaliza perfectamente los procesos de intercambio, el metabolismo y se utiliza para las enfermedades gastrointestinales, ayuda con las hemorroides.
Las propiedades curativas de la ortiga sorda también han encontrado su lugar en la ginecología, donde la tisana se utiliza para inducir la leche materna en las madres.
En la práctica, también se ha constatado un efecto calmante sobre el sistema nervioso humano. Se recomienda su uso para la excitación nerviosa, la histeria y el insomnio. Además, con preparados a base de ortiga sorda se puede aliviar el dolor de cabeza, de muelas, de pecho y de cuello, y mejorar el bienestar general.
La infusión de flores se utiliza en dermatología como purificador de la sangre y para el tratamiento de enfermedades de la piel. Las flores y las hojas de la planta favorecen la cicatrización de heridas, úlceras, quemaduras y grietas, alivia el picor y la descamación de la piel.